Por Ricardo Bustos
Señor Director, esta mañana y por razones particulares viajé a la Capital de Misiones. Eran las 8:30 y al ingresar por la hermosa avenida Costanera, ante el asombro, me encuentro con una cola de automóviles, con familias enteras y a la intemperie, sin algún árbol que sirva de protección para las altas temperaturas de la época en esta región, lejos de cualquier sanitario para las necesidades lógicas y a casi 10 kilómetros del ingreso al puente internacional San Roque González de Santa Cruz, que une Posadas en Argentina con Encarnación en Paraguay.
10 kilómetros de cola para ir de compras a Paraguay, entre ellas, llenar el tanque de combustible que resulta mucho mas económico en la otra orilla del Rio Paraná.
Pero la historia no termina allí porque detrás de este relato, conviven la angustia y la desazón de miles de comerciantes argentinos que ven diluir su capital a manos de la desidia de todos los gobiernos que han pasado en el país y ninguno ha tomado medidas que protejan a los comercios nacionales.
Este caso se reitera en todos los pasos fronterizos que limitan con Brasil, Uruguay, Chile o Bolivia, y como en esta vida nada es casualidad, algo debe andar muy mal para que millones de ciudadanos argentinos prefieran salir de las fronteras para adquirir productos de todo tipo a precios que en muchos casos pagan a la mitad de lo que aquí ofrecen en las vidrieras.
Según cálculos estimativos de los estudios que han realizado las cámaras de comercio en Misiones, los argentinos están gastando aproximadamente cien millones de pesos por mes en todo concepto en Encarnación, Paraguay.
Este cuadro pintado por la realidad, nos permite ver las cosas según en que vereda estamos parados y los resultados son diferentes si los valoramos tal cual son.
Señor Director, estamos acostumbrados a protestar cuando nos duele el bolsillo, pero veo que tampoco hacemos mucho para evitarlo. En el comienzo de esta humilde reflexión, he relatado que ayer 9 de diciembre de 2016, feriado «administrativo», llegue a Posadas para hacer una diligencia comercial y debo reconocer que la Ciudad era un tren fantasma por todos lados. En cada cuadra céntrica solo uno o dos comercios abiertos mientras en la avenida costanera, la cola de vehículos llegaba al inicio de la misma desde la ruta nacional nº 12.
El éxodo nos duele por todo el cuerpo, pero hay motivos suficientes para que ocurra. Basta con hacer una pequeña comparación de precios con productos de uso diario para darnos cuenta hasta que punto existe la diferencia.
Del lado uruguayo, que no es el mas económico, una toalla de buena calidad cuesta entre 25 y 30 pesos, pensemos entonces en los restantes productos que se pueden adquirir en los países de nuestra frontera, que tienen mas accesibilidad a diferentes productos.
En Chile, Brasil y Paraguay, se pueden adquirir a mitad de precio, televisores (LED, LCD y Plasma), minicomponentes, home theaters, reproductores de DVD y/o Bluray, computadoras de escritorio, notebooks, netbooks, teléfonos y tablets, GPS, bicicletas, juguetes, cámaras de vídeo y/o fotografía. Sábanas, manteles, cortinas. Cubiertos, bazar, adornos. Pequeños electrodomésticos (solo uno), ropa y calzado y cuando se excede el monto en dólares permitido, se abona un cincuenta por ciento a la Afip, algo que igual conviene a los argentinos.
Quizá un comienzo para solucionar este problema sea que nuestra economía mejore de una vez y simultaneamente, la aduana vuelva a cobrar un impuesto acorde al valor en plaza de los productos que hoy el ciudadano busca en otras latitudes.
Es evidente que, por ahora, si una cubierta para autos fabricada en Argentina cuesta en Paraguay un 40% menos, algo no está bien y alguien está colaborando para que ello ocurra desde nuestra propia industria.
La mesa está servida y nos faltan los cubiertos. Del Gobierno depende ahora que comencemos a ver fronteras adentro, algún cambio que otorgue confianza al ciudadano, de lo contrario, las colas de automóviles o los viajes en lancha, seguirán aumentando cada día.
El autor es: Locutor Nacional-Comunicador.
Capiovi Misiones, Argentina
DNI 7788556